El primer entrenamiento de la Furia de cara al campeonato que se viene trajo demasiada tela para cortar. Divididos en dos equipos un amistoso terminó con serias consecuencias.
El equipo A fue integrado por: Dani San, Lichy, Fundunklian, Javier y Dani Rocha. El equipo B con un jugador menos lo que suponía una derrota aplastante formó con: Agus, Rojas, el Turco y Simo.
La acción comenzó temprano. A los pocos minutos de iniciado el juego el equipo con menos jugadores humillaba al rival, a base de buen juego colectivo, pura contundencia y un turco que corría hasta a los de la cancha de al lado.
El resumen fue una lluvia intensa de goles y toque que arrojó el terrible resultado de 13 a 2. Sí, sí, a favor del equipo en desventaja numérica.
Como se mencionaba antes lo del turco era correr y convertir, Agus tapaba todo y Simo y Rojas desmantelaban cualquier intento ofensivo del rival.
Por el lado del equipo A la cosa estuvo complicada. Un equipo sin alma, sin juego asociado y ahogado desde el minuto 4. La actuación resulta fácil de calificar ya que todos jugaron en un mismo nivel: Pésimo.
Llegando a los 90 minutos el juez se apiadó del equipo A y dio finalizado el encuentro. Pero la cosa no terminó ahí. Cuando los jugadores se reunían en el centro de la cancha apareció la barra. Al estilo de lo que ocurrió en Racing en estos días (donde una bandera rezaba: hay balas para todos) colgaron un enorme trapo que aseguraba: “Hay dieta para todos”.
Trepados al alambrado arrojaron una lluvia de improperios a los jugadores que no se movían del centro de la cancha, no por miedo a los barras sino porque sus piernas seguían sin reaccionar.
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